lunes, 2 de marzo de 2009

Bienvenidos:

Mamá, yo quiero ser "grockestar". Eso es lo que sale por la boquita de mi único sobrino. El quiere ser de todo, unas veces cantante, otras tortuga ninja.... Vive una de esas etapas de la vida en que uno puede cambiar de parecer cada cinco minutos sin que nadie se revele contra sus decisiones.
Sólo hay un adulto que puede hacer algo así sin efectos secundarios, nuestro amigo Homero Simpson, que parece que nunca está trabajando en la central, pero mantiene su empleo capítulo tras capítulo.
Así era yo de pequeñito, con las ilusiones tontas de cualquier otro niño. En esa etapa crees de verdad que aquello que deseas va a ocurrir, y generalmente lo consigues. Yo quería ser millonario como mi tío Eliseo, pero con los años descubrí que todo el dinero que le veía manejar en paquetitos tan ordenados no era de él, mi tío era banquero.
Olvidada la idea de heredar la inexistente fortuna de mi tío, con el himno de "La Vuelta", el mítico "me estoy volviendo loco, poco a poco...", machacando las listas de éxitos, pensé en ser todo un Marino Lejarreta, pero descubrí que las cuestas no siempre son hacia abajo y no me gustó.
Y así, paso a paso, llegó mi oportunidad: Una guitarra eléctrica, un amplificador de "te lo juro por mi madre....." y tres amigos con los que crear una "grockband" con el único fin de ser lo que quiere ser ahora mi sobrino, una auténtica estrella del "grock".
Comenzamos a dar algún concierto y, a medida que fuimos teniendo algo de éxito, lograbamos pagar menos por nuestras actuaciones. Si, he dicho pagar, pues son pocos los que realmente cobran por esto de la música, el problema es que esos pocos cobran lo de ellos junto con lo de todos los demás.
Seguimos progresando a nivel musical, pero cada vez era más caro salir a tocar, pues las distancias aumentaban. La idea de hacer una gira se antojaba complicada por su coste y las nulas expectativas de ingresar algo en caja.
Definitívamente la música no parecía la solución. ¿Qué podía hacer?
Alguien me ofreció un puesto de copiloto en un coche de rallyes, y yo, aficionado a todo lo que lleve motor, pasé de expectador a participante. Una buena temporada y muchas ganas de pasar al asiento de la izquierda, para pilotar yo.
Tras dejar claro que era muy eficiente en mi labor de copiloto, el dueño y conductor habitual de nuestro coche de carreras, atendiendo a mis peticiones, tuvo el tremendo valor de, no sólo dejarme su coche, sino de acompañarme pasando a ocupar mi puesto habitual, encargandose del copilotaje.
Nos inscribimos en el "Rallye del Carbón". En principio salimos a divertirnos, pero yo no podía dejar mi vena de artista de lado. Y claro, después de un "artistico" castañazo, trompazo, golpe.....en el segundo tramo del día, nos tuvimos que retirar, terminándose todos mis sueños de gloria con este nuevo reto.
Al final del todo poco "grock" y mucho "estar", "estar" currando de sol a sol de lunes a sábado, "estar" sonrriente con el mundo aunque el mundo "te mire mal", "estar" feliz con el trato económico que nos brinda HC Energía, "estar" contento con el maravilloso sueldo que nos permite vivir y disfrutar de la vida.
Sobre todo "ESTAR" RODEADO DE QUIENES TE APRECIAN. Aquellos que te siguen igual seas o no una "GROCKESTAR".